Articulista Invitado
Héctor Yunes Landa*¿Cuál es la situación que guarda esta propuesta de policía única o de mando único como también se le conoce? Para el partido al que pertenezco, la dirigencia nacional del PRI y las representaciones legislativas del Senado y la Cámara Baja han manifestado su convicción de apoyar la iniciativa de creación de 32 Policías Únicas Estatales también propuesta por el Ejecutivo Federal. Ello obedece a la necesidad de crear una fuerza policiaca que tenga un nivel organizacional mucho más eficiente que el actual. El diseño tradicional de la estructura de mando policial no está al nivel para responder con eficacia a los enormes retos que demanda la seguridad pública en nuestro país y, por supuesto, esto incluye a las entidades federativas.Para el caso de Veracruz, existen más de 200 mandos policiacos, considerando el ámbito municipal, las policías intermunicipales y los mandos de agrupamientos de la policía estatal, así como el IPAX. Con un panorama así, es claro que se tienen que tomar medidas urgentes para estar en condiciones de ejecutar nuevas estrategias en el combate al crimen organizado. Pese a esta realidad, en el ámbito nacional se han escuchado voces de diferentes fuerzas políticas y presidentes municipales que no están de acuerdo con la propuesta de policía única, argumentando una supuesta pérdida de la autonomía municipal. En este punto debemos ser muy claros y reconocer nuestra realidad. Para nadie es un secreto que las organizaciones criminales han evolucionado y han creado corredores internacionales para la comisión de sus ilícitos. Los cárteles del crimen tienen presencia en amplios territorios del país, algunos en varias entidades federativas, y otras rebasan las fronteras y tienen nexos en países de Latinoamérica. Hoy en día nuestro territorio no es ajeno a esa dinámica de expansión criminal, por lo cual tenemos la amenaza en la puerta. Veracruz tiene colindancias con siete entidades, una gran extensión costera, que nos hace susceptible de ser impactado por grupos que cometen ilícitos en el ámbito nacional e incluso internacional, como es el caso del tránsito y tráfico de indocumentados de Centroamérica. Es evidente que la policía municipal de una demarcación con escaso personal y recursos como es la mayoría no tiene la capacidad de respuesta para enfrentar la incursión de grupos delictivos organizados en su territorio, que disponen de armas de alto poder, dinero y equipos de alta tecnología. Por lo tanto, cuando escuchamos que algunos alcaldes señalan que la iniciativa vulnera la autonomía municipal, surge de inmediato la reflexión de que son las redes del crimen organizado las que están vulnerando la autoridad municipal y lastimando el tejido social de las comunidades. Así lo demuestra el caso del artero homicidio de un alcalde en el estado de Nuevo León, donde se dio la complicidad de la propia policía municipal. Por ello, considero que la instauración de una Policía Única Estatal y su coordinación con las fuerzas federales, puede resultar en el fortalecimiento de la policía municipal para proteger a la ciudadanía ante la incursión de grupos criminales en su territorio. Ya lo vimos en días pasados en Pánuco, dónde fue necesaria la intervención oportuna del Ejército para someter a una célula de delincuentes que actúan regularmente en Tamaulipas. No se trata de desaparecer a las policías municipales, sino de establecer diferencias en las funciones operativas y no en la adscripción territorial (municipal, estatal o federal); por lo tanto, el propósito de la reforma jurídica es establecer las bases para que la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública señale las responsabilidades y funciones de los cuerpos de policía (federal, estatal y municipal).Ante una necesidad de contar con cuerpos policiacos más eficientes, no se tiene a la vista otra opción que unificar fuerzas para crear una Policía Estatal con mando único en cada una de las 32 entidades. Además de la policía federal, en este momento El Ejército y la Marina son quienes están llevando el mayor peso de enfrentar a los grupos criminales organizados, pero esta función debe ser temporal, por ello debemos hacer los ajustes necesarios para modernizar a las fuerzas policíacas en todo el país. Si los delitos son del orden común deben ser atendidos por la policía estatal, pero si éstos son del orden federal, el comando lo tendría la policía federal, con el respaldo de la policía estatal, y de las policías municipales, pero bajo un sólo mando estatal. Con la Policía Única Estatal se establecerán medidas de control más específicas de los elementos policiacos. Se tendría un diseño estratégico para la vigilancia y disuasión de delito, y una capacidad de respuesta más sólida ante el llamado de la ciudadanía. También se evitaría la dispersión de recursos humanos y materiales.
Queda claro que la conformación de un Mando Único de la Policía tampoco será la panacea que resuelva el fenómeno de la inseguridad, pero sí puede contribuir a una nueva visión en la estrategia de combate, que, cómo muchos especialistas definen con objetividad, debe verse desde una perspectiva integral, en la que el Estado debe crear las condiciones ideales para la generación de empleos, mejorar los servicios de salud, acabar con el rezago en la educación. Como vemos el problema de la inseguridad nos plantea situaciones muy complejas para poder enfrentarlo con éxito, por ello se requiere de mucha determinación, compromiso y cooperación. De lo que no hay duda es que a la criminalidad se le tiene que enfrentar unidos y bien organizados. Es decir, con una visión y una acción de Estado.*Diputado Presidente del Congreso del Estado de Veracruz. hectoryunesdiputado@hotmail.com
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