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miércoles, 2 de marzo de 2011

GADDAFI: REPSOL NO PERDONA

 

Es muy bonito ver al pueblo enfrentándose a un dictador que lleva más de 40 años en el poder. Nuestros hermosos sentimientos están a flor de piel y nos encanta que este tirano Gaddafi tenga justamente el aspecto ridículo que debe tener todo tirano. El cine nos enseña que los tiranos no son personas morigeradas y vestidas de civil, sino fantoches con extrañas manías.
Pero si somos un poco menos sentimentales, debemos comprender que el pueblo libio no se ha podido levantar en armas contra su Coronel sólo por su peculiar gusto en el vestir, ni por su nulo talante democrático. Al fin y al cabo ambas cosas le llevan caracterizando a lo largo de los últimos 40 años. Así que vamos a ver qué cosa ha podido hacer el coronel en los últimos meses para enfadar a la población de este modo.

 

Creo que ya lo tenemos. Esta noticia es muy interesante. Aunque es de la Agencia EFE, en su momento (justo el año pasado) apareció sobre todo en la prensa económica. He aquí el titular:

"Gadafi estudia la nacionalización de varias empresas extranjeras, entre ellas Repsol"

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2004: Gadaffi bueno - 2009 Gaddafi malo.
Bueno, ya sabemos que eso de nacionalizar los sectores clave de la economía siempre disgusta mucho a la población. A Chávez le pasó lo mismo.

 

Justo cuando empezó a nacionalizar bancos y empresas petroleras extranjeras -entre ellas, también Repsol- es cuando el pueblo empezó a levantarse contra él -o eso nos dijo El País.


Pero vayamos aun más atrás en el tiempo.


En 2003, tras la invasión de Irak, Gaddafi, que hasta entonces había sido considerado un terrorista por EE.UU., rogó a Bush y a Berlusconi que, por favor, visitasen su país, pues él también poseía armas químicas y de destrucción masiva y estaba deseoso de que ellos mismos las destruyeran, pero "por las buenas", no como en Irak.

 

El pobre Gaddafi no quería verse como Saddam, es evidente. La propuesta fue aceptada y Gaddafi pasó a ser un amigo de Occidente. Ser amigo de Occidente significaba que el bloqueo de tantos años era levantado a Libia, pero, sobre todo, que las empresas extranjeras aterrizaban en el país para adueñarse del petróleo, de las infraestructuras y hasta del agua.


En 2004, comienza el desembarco en Libia de las grandes empresas del mundo libre, portadoras de esa libertad intrínseca a toda privatización.
Aquí comprobamos cómo Tony Blair, en nombre de las petroleras Shell y BP, ofrece su mano a Gaddafi y olvida el pequeño incidente de Lockerbie.

 


En El País, el periódico de referencia para todo lector serio y de izquierdas, también se congratulaban de las "vías de cooperación" que se iniciaban para las grandes empresas españolas. Y es que, como contaba entusiasmado un miembro de la patronal española: "más allá de la petroquímica y el gas, abren un mundo todavía por descubrir en los campos de la electricidad y las desalinizadoras". Qué bonito, qué ganas tienen nuestros empresarios de cooperar, de darles agua a los sedientos libios.


En 2007, otra vez podemos leer a El País presumiendo del buen rollo que se respira entre Zapatero, S.M. el Rey de España y el exótico líder Libio. Ante las protestas del bueno de Llamazares por un recibimiento tan estupendo, el "experto" pepero de temas islámicos, Gustavo de Arístegui, razonó que Gadafi era mejor que Saddam Hussein, porque el iraquí mató a cientos de miles de personas y el segundo solo a miles. Es curioso escuchar al mismo Arístegui ahora en la COPE, tres años después, hablando de Gaddafi como del mayor criminal de la historia.
Civiles con armas y militares enrollados.


A partir de esta fecha, Gaddafi recibe varias visitas de Hugo Chávez -el presidente que fue capaz de nacionalizar el petróleo de su país- y establecen pactos comerciales. En 2009 ocurre lo que ya hemos mencionado al principio de este post, el líder libio afirma que las empresas petrolíferas van a volver a ser nacionalizadas.

 


Y hoy ocurre lo que nos dicen los períodicos con apabullante unanimidad, desde Gara a La Razón: Al Jazeera destaca que columnas de civiles armados, dirigidos por abogados y médicos, por "intelectuales", se están adueñando de varias ciudades del país. La cosa es chocante. ¿De dónde han sacado las armas los civiles libios? ¿Quiénes son esos médicos, abogados e intelectuales que han abandonado de pronto el bufete y el fonendoscopio por el fusil y los galones? ¿Cómo es posible que el temible ejército de Gaddafi no sea capaz de acabar rápidamente con esa panda de amateurs? Propongo a cualquiera que imagine a un grupo de civiles, dirigidos por abogados y médicos que protestan por las reformas laborales de Zapatero tomando el control de Barcelona ante la impotencia de los Mossos, de la Policía Nacional y del Ejército. Bueno, lo cierto es que esta noticia tan fantástica queda un tanto explicada cuando, de entre la vorágine de noticias surrealistas y contradictorias, comprobamos que buena parte de los generales del ejército libio se han rebelado.


Cazas Sukhol-22 contra manifestantes.


Por otro lado se nos dice que el ejército libio, en un acto inaudito -y en esto tiene razón el imponderable Arístegui- bombardea Trípoli para acabar con los manifestantes. ¡Utilizar bombardeo aéreo para disolver una protesta! A veces creo que los medios de comunicación toman por idiotas a sus lectores. Y, leyendo lo que leo por ahí, incluso por parte de personas de probada postura crítica, va a ser que tienen razón. Cuando tenga una plaga de hormigas en mi casa, creo que le prenderé fuego -conmigo dentro.

 

 La noticia del bombardeo ha sido desmentida por el hijo del dictador, que ha invitado a los medios a que entren en Trípoli y comprueben que tal cosa es falsa.

 

Se dirá que su juicio no es fiable. Pero escuchemos entonces las declaraciones de este tipo, un venezolano antichavista y anti-Gaddafi residente en Libia -es de suponer que por temas de "negocios" que, inocentemente, declara ante los medios que él no ha visto ningún bombardeo.

 

Dejo el link y recomiendo ver el vídeo antes de que en la agencia EFE se den cuenta de la metedura de pata y lo borren. El gazapo está en 0:41. "No hubo bombardeos ni esas cosas"
Castro habla (en vano).

 


Fidel Castro explicó breve y claramente hace ya tres días lo que ocurre en Libia y alertó sobre lo que seguramente iba a ocurrir. A pesar de ello, la mayoría de los izquierdistas de todo el mundo, sedicentes leninistas, siguen sin enterarse (*). Qué poder tiene la TV.
El nuevo Saddam Hussein.


La izquierda abertzale y el PP, el Rey y el PSOE, Repsol y Amnistía Internacional, la CNN y Al-Jazeera, todos al unísono jalean la espontánea y milagrosa revuelta del pueblo libio, que recibe armas no se sabe cómo y que se rebela justo cuando Gaddafi iba a hacer algo bueno por él, nacionalizar el petróleo.

 

 

Porque esto no es un golpe de estado, no. Es una revuelta popular. Es verdad que los generales de Gaddafi se han declarado en rebelión y han tomado varias ciudades, pero, no. Esto no es un golpe de estado. Es una revolución colorista y floral, como tantas otras que abren las puertas a Repsol y a la libertad, para crear una nueva Libia, con un Gaddafi ahorcado o linchado por las masas.


En uno de sus últimos patéticos discursos, Gaddafi afirmó que las revueltas en Libia están organizadas por al-Qaeda. No le falta razón al hombre. Al-Qaeda es otra forma de llamar a la CIA.

 

Tomado de La cocina de Diszdira

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