México, D F , 2 de septiembre de 2010
Con su venia, señor presidente.
Honorable Asamblea, creo que éste es un momento para hacer un diagnóstico claro de la situación del país. Entendemos a la perfección que ha habido un proceso de crispación política y que obviamente sí existe, y lo notamos en la Cámara de Diputados, un encono, se han exacerbado las posiciones y se han atrincherado. Y junto con eso, siempre llega el discurso maniqueo. Vamos viendo el diagnóstico que se hizo en relación con el sistema político mexicano por parte de todos los grupos parlamentarios, cuando se presentaron las iniciativas en relación a la reforma política. ¿Y qué es lo que se decía específicamente?: el sistema presidencialista terminó. Hemos entrado por un camino de la pluralidad, y aquí vienen a decir a esta tribuna: “México requiere la izquierda”, Sí, sí, es cierto, como también requiere a la derecha, como también requiere a otras fuerzas políticas porque todos le aportan a la construcción el país.
Lo que no hemos tenido es la capacidad para establecer cuáles son las reglas de un nuevo sistema político que nos permita una convivencia sana y por supuesto confrontar nuestras posiciones, y en nuestras diferencias buscar las coincidencias para construir a favor del país.
Fuimos nosotros los que no quisimos tener una relación con el titular del Ejecutivo, nosotros fuimos los que cambiamos el formato porque ya no queríamos que fuera el Día del Presidente en un sistema presidencialista, y le impedimos al presidente ir a la sesión de Congreso general a establecer su posicionamiento y su mensaje. Error, error que fue responsabilidad nuestra y hay que aceptarlo de esa manera. Pero también, por otro lado, tiene que cambiar la relación Legislativo-Ejecutivo para podernos retroalimentar.
La perspectiva de ver el país es completamente diferente cuando se está en la práctica ejecutando, a aquello que son sus facultades y competencia, o bien desde aquí haciendo las normas para establecer las políticas públicas que requiere y necesita el país.
A mí no me cabe la menor duda, del año pasado a éste ha habido avances, no los suficientes como para sentirnos y decir que México ya está en pleno camino de un desarrollo cultural, democrático, económico social. Hay tarea por hacer todavía. Lo que todavía no entiendo es por qué siempre nos estamos aventando la pelota de un lado a otro cuando hay puntos de coincidencia donde podemos construir y avanzar. Si el Presidente dice algo, inmediatamente estamos buscando a ver cómo poderle reprochar porque no nos gusta que sea de otro partido aquel que esté teniendo la titularidad del Ejecutivo.
Hay otra cuestión, nuestro sistema es federalista y dentro de ese sistema no solamente le corresponde al Presidente llevar el cauce del país, sino indudablemente también ahora con la réplica del sistema presidencialista en las entidades federativas mucho hay que ver con los gobiernos estatales en la relación que debe existir. Y ahí sí me quiero introducir en el tema de la seguridad pública, porque es uno de los principales puntos torales que ha ido minando el tejido social y las instituciones encargadas de la tranquilidad en este país.
No me cabe duda que hemos avanzado ahí, sin embargo también se ha crispado el clima de violencia, y aquí vienen a decir a esta tribuna y no solamente en relación a la parte de la seguridad de lo legisladores, sino en el foro que tuvimos en relación a la reforma política se ha hablado de que los gobernadores traen en sus entidades el poder pleno y pueden hacer prácticamente lo que les venga en gana. Así como han dejado crecer la delincuencia en sus entidades, no han combatido ni hecho las reformas que constitucionalmente aquí les solicitamos que lo hicieran a través del proceso de la oralidad en los juicios, la depuración de sus policías y la enorme corrupción de la que hablamos, se encuentra particular y principalmente en las policías estatales, que no han querido hacer sus procesos de depuración, de selección y reclutamiento, y la implementación de un sistema de inteligencia que permita una mejor coordinación entre lo que son las entidades federativas y el gobierno federal.
No les echo solamente la culpa a ellos, la parte de la seguridad pública es una responsabilidad de todos, también de los gobiernos locales, los municipios, de los legisladores y obviamente de la participación de la sociedad en materia de prevención y de impulso de valores.
En economía hemos avanzado, sin embargo, aún todavía no lo suficiente para que pueda ir bajando en un combate eficaz a la pobreza. La única manera de combatir la pobreza es el empleo. También tiene que decirse que en materia de seguridad, pues tiene que impulsarse de manera transitoria todo lo que se refiere a programas que luego se les llama paternalistas, pero que son necesarios para otorgar salud, educación, alimentación y del programa Oportunidades, que aquí inclusive se vino a decir que era prácticamente insostenible porque no era un buen programa y era una mala estrategia, bueno pues ha sido un programa que ha sido reconocido prácticamente a nivel mundial, en relación a que es un programa con valores nutricionales y otro tipo de situaciones adicionales.
Pero también déjenme decirles, ése lo administran los gobiernos estatales igual que el programa de salud, porque tenemos el sistema federalista donde hemos establecido las leyes para que haya una operatividad en las entidades federativas en coordinación con la propia federación.
Yo les diría que dentro del proceso de glosa vamos a entrar a muchas particularidades y tenemos que verlo desde un punto de vista mucho más objetivo y menos partidista, de tal manera que nos permita entrar a un diagnóstico claro y poder tener la retroalimentación necesaria entre Legislativo y Ejecutivo para buscar mejores alternativas de solución. Lo que no estoy convencido es que siempre, con la estructura que tenemos de formación política en este país, tengamos que ir siempre a la descalificación porque ésa es la única motivación que tenemos para poder tratar de cortarle las piernas al adversario y que quede igual de enano que nosotros.
No, amigo. Yo creo que si no cambiamos la actitud aquí difícilmente podemos ir avanzando en la construcción del país que todos queremos en su transformación, desde el punto de vista democrático, plural y que alcance el objetivo del desarrollo, que es lo que nos interesa. Para eso, por supuesto si tenemos un diagnóstico compartido, como lo mencioné hace rato, entonces vamos a ser mucho más efectivos.
No hemos sido capaces aún de establecer una reforma política que nos permita mecanismos en dos sentidos cuando menos, o tres: una mejor relación Ejecutivo-Legislativo, con motivaciones que permitan un esquema de ganar-ganar, y no solamente en ocasiones en contra del Ejecutivo para que él no avance porque eso me permite avanzar a mí. O al contrario, que si le va bien al Ejecutivo entonces puedo tener un detrimento desde el punto de vista electoral. Tenemos que cambiar esa lógica en beneficio del país.
La segunda. Porque tenemos instituciones dentro de la transformación de un sistema político que vamos tratando de construir, que estaban diseñadas para un presidencialismo, pero ahora esas instituciones se están quedando caducas, tenemos que modernizarlas y dentro de su proceso de modernización tenemos que hacer toda una arquitectura constitucional que nos permita verlas en un esquema presidencial y no presidencialista solamente, reconociendo la existencia de la pluralidad y el intercambio de ideas, que a mí se me hace extraordinario para el enriquecimiento de la cultura por un lado, pero escuchar puntos de vista diferentes, por otro, y con esto tener un proceso de reflexión mucho más profundo.
Y yo diría una tercera cuestión. La relación que debe existir entre la federación y las entidades, entre lo que es los gobiernos estatales con los municipales y también entre todo lo que es el conglomerado institucional con la sociedad, porque no hemos dado tampoco mecanismos a la sociedad que permitan una mayor participación no solamente en el proceso electoral para ir a hacer su sufragio, sino también en la toma de decisiones. Creo que son puntos que es fundamental irlos apuntalando y que nos corresponde a nosotros y que debemos tener la capacidad para establecer los objetivos, irle dando salida a un nuevo sistema político que nos permita y posibilite tener mayores capacidades para acuerdos y obviamente un criterio mucho más amplio para escuchar las diferentes posiciones en lo que se refiere a las fuerzas políticas que están representadas en las Cámaras.
Ya diría simplemente para concluir, a mí me da gusto que todos podamos expresar nuestros puntos de vista aquí, me da gusto que hablemos sobre el sistema político, me da gusto que se hable en crítica y autocrítica, en acuerdos o desacuerdos en relación a lo que significa la conducción del titular del Ejecutivo, del Presidente de la República, en sus informes y avances que se puedan ver o finalmente no querer verlos, pero que no se quede solamente en el discurso. Si queremos realmente hacer las cosas, la última ventana de oportunidades que tenemos es este periodo, antes de que los procesos electorales, como bien se dijo aquí, vuelvan a crispar la situación política y nos impidan cumplir con nuestros deberes para con la patria como lo habíamos dicho desde esta tribuna y como es nuestra responsabilidad y como es lo que esperan las gentes allá afuera, de que podamos transformar a través de nuestras actitudes en esta Cámara de Senadores que realmente ha sobresalido mucho más que la de Diputados por su mesura, por su participación, por la calidad de los debates, más que por los conflictos que luego se tienen y que causan crisis políticas internas, como lamentablemente lo estamos viendo allá.
Por su atención, compañeros, muchas gracias.
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