Oscar Coria Reyes
Inundaciones
El sur y norte del Estado de Veracruz está sufriendo, de nueva cuenta, de graves inundaciones debido a la precipitación fluvial de este “verano”. Lluvias y aguaceros torrenciales se han hecho presentes en una época en la que tradicionalmente la constante era la calor y la escasez de agua, sin embargo, gracias, sobre todo, a la mano del hombre en la naturaleza, hemos visto como los cambios drásticos en el entorno natural nos pasan factura a la larga.
Muchas veces en aras de la modernidad, el avance y bienestar de la gente, nos desentendemos de cuidar nuestro medio, evitando talar en exceso, buscando alternativas a nuevas carreteras y asentamientos humanos, áreas de cultivo y de pastoreo para ganado y tratamiento de la basura.
Todo esto, aunado a la falta de educación y conciencia en muchos de nosotros en el correcto y adecuado uso del agua, en la separación y reciclado de la basura, o en algo tan simple como el depositar la envoltura de un dulce en el lugar correcto, nos ha generado problemas de inundaciones.
Cuando llueve del agua que cae es retenida por el suelo, otra es absorbida por la vegetación, parte se evapora, y el resto escurre a los ríos. Las inundaciones se producen cuando, al no poder absorber el suelo y la vegetación toda el agua, ésta fluye sin que los ríos sean capaces de canalizarla ni los estanques naturales o pantanos artificiales creados por medio de presas puedan retenerla.
Las cuencas de muchos ríos se inundan periódicamente de manera natural, formando lo que se conoce como llanura de inundación. Las inundaciones fluviales son por lo general consecuencia de una lluvia intensa, con lo que los ríos se desbordan. Se dan también inundaciones relámpago en las que el nivel del agua sube y baja con rapidez. Suelen obedecer a una lluvia torrencial sobre un área relativamente pequeña y con problemas de alcantarilladlo. Las zonas costeras se inundan a veces durante la pleamar a causa de mareas inusualmente altas motivadas por fuertes vientos en la superficie oceánica, o por maremotos debidos a terremotos submarinos.
Las inundaciones no sólo dañan la propiedad y amenazan la vida de seres humanos y animales, como lo podemos presenciar a diario en los noticieros, también tienen otros efectos como la erosión del suelo y la sedimentación excesiva que es perjudicial para el cultivo y la alimentación del ganado. A menudo quedan destruidas las zonas de desove de los peces y otros hábitats de la vida silvestre. Las corrientes muy rápidas ocasionan daños mayores, mientras que las crecidas prolongadas de las aguas obstaculizan el flujo, dificultan el drenaje e impiden el empleo productivo de los terrenos. Se ven afectados con frecuencia los estribos de los puentes, los peraltes de las vías, las canalizaciones y otras estructuras, así como la navegación y el abastecimiento de energía hidroeléctrica.
Los métodos básicos para el control de las inundaciones se practican desde tiempos primitivos. Incluyen la reforestación y la construcción de diques, presas, embalses y cauces de alivio o aliviaderos (canales artificiales para dirigir el agua procedente de la inundación). Sin embargo, debido a la burocracia, falta de interés y corrupción en muchos de los programas gubernamentales enfocados a esto no se aplican correctamente y terminan siendo politizados.
Desafortunadamente la deforestación y la roturación de la cubierta vegetal es un mal que se ha venido cultivando y arraigando a lo largo de los años, lo que ha incrementado la erosión del suelo. Los campesinos en busca de mejores áreas de cultivo y ganancias han desforestado de manera indiscriminada sin que ninguna autoridad los regule, sin tomar en cuenta que el cultivo reduce la capacidad del suelo para retener el agua y aumenta las escorrentías que van a dar directamente a los ríos.
Como ejemplo de lo anterior basta señalar que vastas áreas de tierra a lo largo de los ríos en todo el mundo han quedado inutilizadas por la explotación intensiva y la subsiguiente erosión. Las medidas de control de las inundaciones en esas zonas se han encaminado a la recuperación de la vegetación y a la instauración de métodos eficientes de preparación del suelo y de conservación del mismo, tales como la rotación de cultivos y la roturación transversal.
Aun con todo esto, ya se está volviendo algo común y normal que año con año las inundaciones pongan en jaque a cientos de miles de familias en nuestro Estado, sin que autoridad Federal, Estatal o Municipal, busque alternativas para dar solución a las inundaciones.
Soluciones allí están, que tienen un peso y costo político para las autoridades es cierto, sin embargo, aquí se debe de pensar realmente en el bienestar de los seres humanos, unas de las maneras para prevenir el efecto de las inundaciones, muchas veces olvidada por las implicaciones restrictivas de uso del suelo que implica, no es más que la propia limitación de usos a través de una planificación hidráulica respetuosa con el medio ambiente que regule, de modo que se abaraten los costos de las obras de infraestructura de regulación o contención.
Otra alternativa que ya no se puede negar, es el alejar las viviendas y todas las construcciones humanas sensibles, de las zonas de inundación probable en inundaciones extraordinarias, ya que esas inundaciones suceden de modo recurrente en la historia de un lugar.
Aunque también hay que ubicar aquellas que en algún momento fueron cauce de algún rio, laguna o lago, ya que aun cuando las inundaciones puedan estar muy espaciadas en el tiempo y la memoria de la gente, están volverán a suceder en algún momento, recordemos que el agua busca sus causes naturales y al no encontrarlos por estar invadidos por nosotros arrasa con lo que tenga a su paso.
En fin las soluciones allí están, solo falta tomar las decisiones correctas en el tiempo preciso, y esperar que nuestras autoridades y nuestra gente sigan auxiliando a los hermanos en desgracia con alimentos enlatados, agua embotellada, ropa, medicamentos, etc.
Y sobre todo hacer un llamado para que todos los apoyos que se están generando, realmente lleguen a la gente que los necesita y no caiga en manos de burócratas, políticos, y gente sin escrúpulo que hace negocio del dolor humano.
Pedirle a las autoridades locales se enfoquen a sancionar de manera enérgica y ejemplar a quienes lucren de esta manera, y porque no, pedirle hasta al mismo Gobernador electo, que apriete las riendas a sus varios colaboradores que hicieron negocio en su campaña, al acumular y esconder apoyos que nunca llegaron a la gente, que los entreguen en muestra de buena voluntad, y no hagan negocio con ello como lo han hecho con bicicletas y triciclos ciertos funcionarios municipales del municipio de Córdoba, así como con las toneladas de cemento que se dice, cierto hermano de un funcionario estatal tiene guardadas en algunas bodegas.
Comentarios, críticas y sugerencias: oscar_coria4@hotmail.com
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